Carta para mi hija
Tuvimos unos meses de muchos ajustes. Mamá quedó embarazada y fue una barriga que, en vez de traer una inmensa alegría, trajo vómitos desde el principio hasta el final, se me hacía imposible dormir por lo que me pasaba el día irritada, y entre muchas otras situaciones de salud que fueron de mucha preocupación. Con esto quiero decir que pasaste de tener una mamá presente al 100% a una mamá agotada, enferma y desregulada emocionalmente. Veía los cambios de conducta y las necesidades emocionales, pero se me hacía muy difícil tomar acción.
Los días eran eternos sobreviviendo crisis tras crisis, y escuchando las dificultades que tus maestras estaban teniendo en la escuela. Inclusive, era horrible para mí como mamá cuando las maestras lo intentaban todo para calmarte, y la única solución que quedaba era que te fuéramos a recoger a la escuela. Nos sentíamos perdidos, desesperanzados y agotados como padres. Pero cuando comenzamos a ver las conductas con otra mirada más comprensiva a tu etapa de desarrollo y a identificar un patrón de inatención, todo comenzó a hacernos sentido. Todas esas rabietas y dificultades no eran culpa tuya, sino culpa de nosotros los adultos que no te estábamos comprendiendo.
Por eso hoy, quiero darte las gracias por enseñarnos que hay diferentes maneras de aprender, amar y crecer. Gracias por abrirme los ojos para escucharte sin juzgar y poder entender tus gritos de ayuda (me refiero a sus conductas externalizadas, no es que literal gritaba por ayuda). Cuando me pongo en tus zapatos digo “¡wow! Qué orgullosa me siento de todo lo que ha logrado sobrellevar a tan corta edad”. Gracias por mostrarme que lo importante no es las buenas notas ni el cuadro de honor ni las medallas ni el colegio prestigioso, sino que tú te sientas bien, te sientas escuchada, te sientas comprendida por tus figuras significativas de apego, y que te sientas amada. Porque cuando todo esto está en orden, el éxito académico, una mejor auto estima y una mayor auto confianza llegan por si solo. Eres una niña capaz, fuerte y valiente por continuar con tu hermosa sonrisa aún cuando hay estímulos un poco desagradables para ti.
Mi meta es continuar mostrándote comprensión, amor y respeto. Y solo anhelo que todo lo que estamos haciendo sea suficiente para que seas una mujer de bien, y puedas enfrentarte a un mundo que no está listo para aceptar las mentes diferentes y creativas como la tuya.
Con amor,
Mamá